¿Cómo evitar el sexismo en el reparto de roles en las familias reconstituidas?
Como vimos en otro post, en el reparto de roles de las familias reconstituidas pueden persistir algunas formas de sexismo propias de la familia patriarcal.
Por ejemplo, es frecuente que las mujeres asuman el trabajo doméstico generado por los hijos e hijas de sus parejas, mientras que de los varones se espera que contribuyan económicamente a su mantenimiento.
¿Cómo evitar el sexismo en el reparto de roles?
Os contamos cómo podéis hacerlo:
– Entendiendo que la participación de la pareja en el cuidado de hijas e hijos no comunes debe tener el carácter de colaboración voluntaria. No debe darse por hecha ni sentirse como una obligación.
– Llegando a un acuerdo sobre las tareas que cada miembro de la pareja va a asumir con respecto a hijos e hijas no comunes y cuáles van a quedar reservadas para los progenitores.
– Manteniendo una implicación alta en el cuidado de hijos e hijas.
– Evitando que determinadas tareas recaigan sistemáticamente en cada miembro de la pareja por el hecho de ser varón o mujer.
Algunos ejemplos para orientarte
Una madre separada no recibe por parte del padre de sus hijos la pensión de alimentos, no tiene trabajo o, a pesar de tenerlo, sus ingresos son insuficientes. Quizás ella entienda que al “haber formado una nueva familia” y solo por el hecho de ser un hombre, su nueva pareja masculina debe prestar sustento y apoyo económico en la crianza de los hijos o hijas de ella.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el sustento económico corresponde solo a los progenitores, por lo que el posible apoyo económico de la nueva pareja deberá entenderse solo como una ayuda surgida a partir de un acuerdo entre ambas partes y en ningún caso como una obligación.
Ahora bien, la pareja sí podrá, por ejemplo, apoyar a la madre en la búsqueda de un empleo que le permita mayores ingresos, ayudarla a conciliar sus obligaciones parentales y laborales, etc.
También podrá apoyar al progenitor en su ejercicio parental. Por ejemplo, si una madre tiene dificultades para ejercer la autoridad con sus hijos o hijas y hacer que éstos cumplan las normas, su pareja puede hablar con ella, ayudarla a desahogarse emocionalmente con él, compartir sus dudas, su enfado, sus dificultades… y, en caso de que ella lo solicite, orientarla y aconsejarla sobre cómo actuar. Pero no deberá nunca sustituirla y ejercer él la autoridad, “rescatándola”, ya que no hará sino “empequeñecerla” y generar un conflicto entre él y los o las menores.
El sexismo también se produce en la mujer cuando se le atribuye la función de contenedor emocional y nutriente de cariño respecto a hijos e hijas. Al igual que en el ejemplo anterior, la nueva pareja femenina puede apoyar, enseñar, orientar al padre, pero nunca sustituirlo. Por ejemplo, si el hijo o la hija está llorando en su habitación, debe ser el padre quien acuda a hablar con él o ella, ver cómo se siente, etc.
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